CRECE EL TEMOR ENTRE MÉDICOS POR DESENLACE AÚN INCIERTO DE LA PANDEMIA EN ECUADOR ANTE AUMENTO DE CASOS

? Luis González Zambrano, jefe de Medicina Crítica, hospital Luis Vernaza

‘Sin ver aún la luz al final del túnel; UCI, 100% copada’
“La situación ha sido muy dura, hemos vivido etapas diferentes, todas muy duras, con mucho trabajo, con mucha presión desde todo punto de vista, desde la parte emocional hasta la parte física, laboral. Durante los primeros meses, en la crisis de la pandemia de marzo y abril del 2020, gran parte del personal médico y paramédico se enfermó (se contagió de COVID-19), un porcentaje importante se enfermó, y teníamos problemas inclusive por la disponibilidad del personal de la salud. Actualmente eso ha disminuido, esporádicamente algún personal nuestro sale positivo… pero igual sigue siendo una actividad de alto riesgo por la cercanía con pacientes potencialmente infecciosos.

? Alberto Campodónico, intensivista e internista, clínica Kennedy Alborada.

‘No existe día de descanso, hay pacientes con COVID-19’
“En marzo y abril hubo muy poco personal porque mucho personal se enfermó y estaba muy poco y eso hizo aumentar el trabajo. Recuerdo que pasaba visita a veces a 30 pacientes o más, casi 40, en el lapso de cinco, seis horas seguidas… al terminar la jornada uno piensa en sus pacientes, en cómo poderlos mejorar o que el paciente se agrava, y usted tiene a veces horas de insomnio o de preocupación.

En mi caso duermo un promedio de unas cuatro o cinco horas al día, porque termino mi trabajo y a veces hay que ingresar pacientes en la madrugada o temprano y de ahí seguir trabajando. La enfermedad del COVID-19 no tiene horario, porque una persona puede estar muy bien hoy y después de unas 12 horas, al día siguiente, está grave o estar complicada. No tiene horario, tiene que tratar de ayudar a la mayor parte de pacientes al mismo tiempo y durante todos los días. No existe un día de descanso porque todos los días hay pacientes que se enferman de COVID-19. (I)

? Capitán de fragata-CSM Patricio Andrade Andrade, médico del Hospital Naval

‘Sentimos ese dolor cuando una familia pierde a su ser’
“Para todos quienes tenemos esta profesión tan bella es un agrado poder diariamente ver como un hermano se recupera, como un paciente se recupera, porque creo que lo más lindo de la vida es tener salud y ha sido muy, muy arduo (este tiempo de pandemia, ya casi un año). Sentimos ese dolor cuando una familia pierde a su ser. Han sido jornadas incansables, en donde cada una de las personas que conforman la sanidad de nuestra fuerza han dedicado su mejor esfuerzo.

? Elvia Hernández, emergencióloga, del Hospital Vicente Corral Moscoso, de Cuenca

‘Trabajamos duro, esto no ha terminado. Perdí a mi papi’
“Todavía es bastante la carga de trabajo, psicológica, por ver muchos pacientes. Estamos trabajando duro, con buena actitud y ahora mucho más con la vacuna, que estamos con un poco más de seguridad.

Ha sido duro en realidad, perdí por el COVID-19 a mi papi, ha sido duro estar en el área médica, pero seguimos atendiendo a los pacientes, estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para atenderles y tratar de salir.

El objetivo de todos nosotros es que los pacientes salgan, que regresen a sus casas, con sus familias, y seguimos adelante. Seguimos colapsados y ahora mucho más, vamos a ver qué consecuencias trae el feriado de carnaval, seguimos llenos en el Hospital Regional (Vicente Corral Moscoso, de Cuenca).

? Camilo Salinas, médico salubrista que atiende en Babahoyo, Los Ríos

Seguir con pruebas y liberar venta de vacunas
“(La pandemia) nos tomó a los profesionales de salud como soldados armados, pero sin saber a qué dirección y a quién disparar. La telemedicina (virtual) fue un soporte importante para los médicos del mundo, para ayudar a la gente, a pesar de la poca confianza que se le tenía en un principio.

Todos aprendimos a través de la telemedicina cómo tratar a un paciente con la enfermedad, las técnicas fueron importantes, pero hay que reconocer que el temor también nos quería ganar en un momento determinado cuando ocurrió la crisis de fallecidos por la pandemia, luego fuimos comprendiendo cómo se comportaba el virus y la evolución que tenía en los pacientes. Aunque nos jugará en contra la poca o nada importancia que le daba la ciudadanía a este virus mortal. El haber trabajado (cuando llegó) la gripe A (H1N1) del 2009 me hizo ganar experiencia en cómo organizar un grupo de profesionales y hacerle frente al coronavirus (en ese entonces era gobernador de Los Ríos).

(Recuerdo) que el sexto fallecido en Los Ríos, que fue del cantón Vinces, me tocó a junto a otro colega embalarlo y llevarlo a inhumar, tenía casi 24 horas de haber perdido la vida, nadie lo quería tocar. Había pánico en la población, pero como médicos teníamos que evitar más contagios en la provincia… perdí a mi padre a causa de la pandemia, aunque yo hasta el momento no he contraído el virus.

De cada diez pruebas (que se hacen en su laboratorio privado) seis son positivas, aunque la mayoría de los pacientes son asintomáticos.

Las pruebas (rápidas como las que se hicieron a nivel provincial, 44.000 y de estas, 6.000 dieron positivo) deben seguirse haciendo para detectar a tiempo a pacientes infectados. Y también la venta de las vacunas debe liberarse y permitir que la empresa privada, GAD y prefecturas las compren e inmunicen a la población, para que hospitales y médicos del país se suelten un poco de la alta demanda de pacientes infectados.

Fuente: El Universo

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