MEDICINA SE CADUCA MIENTRAS PACIENTES DEL IESS ESPERAN POR FÁRMACOS

Para pacientes del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) es inevitable sentir tristeza e indignación, porque mientras en ciertos hospitales la medicina se caduca, en otros sanatorios a quienes padecen de enfermedades raras y catastróficas, por ejemplo, los fármacos les llegan con desfase y eso tiene una repercusión en sus tratamientos y calidad de vida.

El presidente del Consejo Directivo del IESS, Jorge Wated, indicó que hay 3.804 medicamentos caducados a nivel de los 101 establecimientos de salud de dicha entidad, lo que equivale a una pérdida económica de $ 5,574 millones.

Esto se habría dado durante trece años de administración de once establecimientos de salud. Entre la medicina caducada constan multivitamínicos, antivirales, analgésicos, antiinflamatorios, anestésicos, antibacterianos, entre otros.
El funcionario mencionó que los sanatorios donde más se detectaron fármacos vencidos son el general de Portoviejo y el básico de Esmeraldas.

Wated compareció el miércoles, por vía telemática, ante el grupo parlamentario por el derecho de los trabajadores y la seguridad social de la Asamblea Nacional. Allí dijo, entre otras cosas, que en su administración se tomaron medidas que han llevado a derribar a cuatro grandes grupos delincuenciales que lucraban en torno a la salud, por las cuales existen más de 25 personas detenidas y 16 hospitales intervenidos por la Contraloría y Fiscalía General del Estado.

A esa diligencia accedió virtualmente Dora García, paciente renal del hospital Teodoro Maldonado Carbo, en Guayaquil, quien recibió un trasplante hace doce años. “Es triste saber que hay tantos medicamentos que se han perdido cuando las necesidades de los pacientes con males catastróficos, que es tener su medicina a tiempo, no se las han cubierto. Es indignante, hay deshumanidad”, refirió.

García, presidenta de la Asociación de Pacientes Renales Caminando hacia la Luz, contó que incluso antes de la pandemia las personas trasplantadas han tenido inconvenientes para recibir ciertos inmunosupresores (fármacos que les ayudan a mantenerse estables), ya que se hacen compras de ínfima cuantía.

“Por lo general nos dan (medicinas) para tres meses, pero a veces solo dan dosis para un mes y hasta para quince días. Eso ha hecho que en ciertos lapsos no tengamos medicina”, comentó la paciente, quien considera que las compras de mínima cuantía se dan por una aparente falta de recursos.

Ese inconveniente se replica en el hospital Carlos Andrade Marín, donde según la coordinadora del grupo parlamentario, Liliana Durán, hay más pérdidas por medicamentos caducados, pues la cifra alcanza los $ 2,5 millones.

William Aulestia, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Pacientes Trasplantados (Asoepat), señaló que el despacho de los inmunosupresores que reciben en el Andrade Marín ha sido intermitente.

“Antes daban para tres meses, ahora nos dan una caja o dos cajas, que es insuficiente, porque cada paciente según su condición médica toma dos pastillas diarias, cuatro diarias o cinco diarias”, comentó.

Aulestia expresó su indignación y dijo que espera que los responsables de que las medicinas se hayan caducado sean sancionados y que también deberían iniciarse acciones en contra de los proveedores que, como en el caso del hospital Andrade Marín, incumplieron con la entrega de determinadas medicinas.

“Adolecemos de medicamentos que requerimos al momento versus medicamentos que los van a tener que botar porque están caducados. Esto es una infamia”, manifestó.

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