La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado de atención para “no bajar los brazos en la lucha contra un coronavirus que estrecha cada vez más el cerco en Europa, pone a la economía contra las cuerdas, desata protestas e incluso se politiza”.
Según la entidad, en Europa las muertes diarias por coronavirus se han incrementado en casi un 40 por ciento en una semana.Fuentes oficiales, muestran que la pandemia hasta el momento deja al menos 1,15 millones de muertos y más de 43 millones de casos en el mundo desde que se detectó la enfermedad en China en diciembre.
Países europeos con nuevas medidas
Italia establece medidas poco populares para detener la segunda ola de contagios. Entre las nuevas normas implementadas por ese país están el cierre de restaurantes y bares desde las 18 horas y el cierre total de teatros, cines y gimnasios durante un mes.
En España, también se han establecido nueva reglas. El gobierno decretó el domingo pasado un estado de alarma e impuso un toque de queda nocturno en todo el país a excepción de las islas Canarias. Esto mientras que las autoridades de Cataluña estudian decretar un confinamiento domiciliario durante los fines de semana para contener la epidemia.
En el Reino Unido, Downing Street trabaja en privado bajo el supuesto de que la segunda ola de coronavirus será más mortal que la primera, basándose en una proyección proporcionada elaborada por el Grupo Asesor Científico para Emergencias (Sage). Esta organización, precisamente, advirtió que toda Inglaterra tendrá que estar bajo las restricciones de Nivel 3 a mediados de diciembre.
Suecia, que se mostró como ejemplo durante la primera etapa como un país que resistió la pandemia sin bloqueos, llegó a su mayor número de casos el martes, y las autoridades decidieron implementar mayores restricciones.
En Alemania, la canciller Angela Merkel analiza el cierre de restaurantes y bares. Este país contabiliza cerca de 11.000 muertos y se posiciona mejor que Francia, España o Italia. No obstante, las nuevas infecciones alcanzaron un récord cercano a 15.000. “Debemos tomar decisiones rápidas y firmes para romper esta segunda ola de contaminación”, dijo el vicecanciller alemán Olaf Scholz.
